Las reformas suelen empezar para darle a nuestro hogar un nuevo estilo o nuevas características. Hay otra razón, que podría ser complementaria pero que por sí sola se basta para acometer una reforma: el ahorro energético.
En lenguaje llano hablamos de ahorrar dinero. Poco a poco vamos tomando más conciencia ecológica, y si esto viene acompañado de ventajas monetarias el proceso se hace mucho más ameno. Afortunadamente se están produciendo avances significativos a nivel tecnológico que permiten que los hogares necesiten cada vez menos energía para su funcionamiento diario. Hablamos de aislar una vivienda. De necesitar poca calefacción y poca refrigeración. Sabemos que la potencia instalada en los sistemas de climatización en los edificios más modernos es cada vez menor, su propio diseño le confiere un clima agradable con independencia de las condiciones meteorológicas y de la época del año. Es lo que se ha dado en llamar arquitectura ecológica, arquitectura bioclimática o arquitectura energética (son distintas pero todas ellas implican eficiencia energética en los edificios). Por desgracia muchos de nosotros no tenemos acceso todavía a estos avances así que veamos varios puntos importantes de nuestro hogar que tendremos en cuenta a la hora de conseguir un buen aislamiento.
Paredes. Seamos sinceros, el pladur no funciona. Es un material barato, ligero y se monta y desmonta sin obra, pero es deficiente a la hora de proporcionar aislamiento térmico y acústico. Otro gran inconveniente que tiene es la colocación deficiente que se encuentra en muchas construcciones; el boom del pladur hizo que aparecieran muchos montadores sin preparación precisamente en un producto que requiere mucho cuidado a la hora de montar. Si estás pensando en tirar tabiques y poner pladur para ganar aislamiento, olvídate, siempre es mejor un tabique de obra. Lo ideal sería dos tabiques de obra con cámara de aire que puede ser rellenado con “resorte acústico” de fibra, poliuretano u otros materiales. Una solución rápida al problema podría ser añadir un tabique de pladur adyacente al tabique de obra que ya tienes. Mucho más barato, ya que no hay que hacer obra ni desescombrar, y bastante efectivo aunque menos que el doble tabique de obra. Otro producto novedoso es un ladrillo doble que viene relleno con material aislante.
Puertas y ventanas. Una vez solucionado el tema de los tabiques nos quedan las ventanas. Las ventanas son el punto débil de la mayoría de hogares, por donde se colará la mayor parte del ruido y del calor/frío del exterior. Tanto el cristal, que tiene que ser doble, como el cierre del marco perimetral de la ventana han de ser de la mejor calidad, y aquí hay que rascarse el bolsillo, las ventanas buenas son caras. Repasa también las cintas autoadhesivas de vez en cuando, no durarán para siempre y puedes cambiarlas tú mismo. Se usa mucho el aluminio en los marcos de las ventanas, que al ser un material muy conductivo permite el paso del frío y del calor desde el exterior. Asegúrate de que la nueva ventana dispone de sistema de rotura de puente térmico.
Ojo también a la caja donde se enrollan las persianas, si las tienes de este tipo. Son un elemento al que se presta poca atención a la hora de construir.
En las puertas que dan al exterior podemos instalar burletes, que aunque no sean muy bonitos ayudan mucho.
Techo y tejado. Si vives en el último piso del edificio el techo es otro punto a tener en cuenta ya que por ahí se escapará la mayor parte del calor en invierno y se calentará terriblemente en verano. Convendrá hacer un falso techo de yeso laminado o similar dejando una cámara de aire. También existe la opción de pintar el tejado (por el exterior) con una pintura especial reflectante, pero esto sólo te quitará parte del calor en verano. Y para terminar, la opción más novedosa de todas y a la par, la más ecológica: techo de césped. El mejor aislante lo fabrica una vez más la madre naturaleza. Presenta inconvenientes a la hora de contener la humedad y el propio mantenimiento pero seguro que en el futuro será una solución cotidiana y asequible a medida que se vaya perfeccionando el método.
Suelo. En el suelo tenemos un problema. En los casos en que tenemos el garaje debajo de la vivienda o entresuelos deshabitados ocurrirá que en verano se mantendrá fresco y en invierno se pondrá muy frío por mucho que pongamos a tope la calefacción. Podemos solucionarlo con láminas de fibra de vidrio o con tarima con cámara de aire. Notaremos como en invierno nuestra casa es un lugar mucho más acogedor. Existen sistemas de calefacción de suelo radiante que se colocan debajo tanto de baldosas cerámicas como de tarimas de madera pero antes de hacer esto te conviene aislarlo o estarás tirando el dinero.
Otro “accesorio” que nos dará un extra de aislamiento es la colocación de un zócalo o rodapié. Esto mejora la junta entre el suelo y las paredes de forma notable, evitando pérdidas de calor.
Ten en cuenta que en los meses de verano todas las paredes de tu casa deben estar frías al tacto (aunque estén a temperatura ambiente a ti te parecerán frescas), de modo que es fácil identificar los puntos débiles en el aislamiento térmico de la casa detectando los puntos más tibios. En invierno puedes detectar las corrientes de aire provenientes del exterior ayudándote con una vela. Llévala por los perímetros de puertas y ventanas y la llama se moverá con el más mínimo soplo. Si son fugas pequeñas las podrás solucionar tu mismo con silicona o cinta adhesiva.
Con todo esto se manejan cifras de entre el 30 y el 50 por ciento de ahorro energético, con lo que podemos hablar de una inversión en reforma rescatable completamente a medio plazo.
Recuerda, por último, que no importa que el material sea bueno si luego el montaje es malo. Asegúrate de contratar a gente con experiencia en tratar el tipo de material que vayas a colocar.
Ya puedes disfrutar de la tranquilidad y la calidez/frescura de tu hogar.
O no… pero eso ya es otro tema.
