Pequeña pero contundente, podríamos añadir. Se trata de un apartamento en Nueva York, donde las cocinas tienden a ser especialmente pequeñas. Es sabido que los yankis son menos amigos de la cocina que lo que podemos llegar a ser los españoles. Tampoco son muy amigos de sentarse a la mesa más tiempo del estrictamente necesario para cumplir con la diaria tarea del comer. Vamos, que comen peor. Y eso se nota en la distribución que solemos encontrar en las casas de allí. Cocinas y comedores más pequeños y salones más grandes.
Aquí vemos un ejemplo. La cocina es poco más que una ratonera y el espacio para comer nos da una idea de lo poco que se emplean en las artes culinarias.
Pero nuestro protagonista quiere dejar de ser el americano tipo y dar el siguiente paso. Así que manos a la reforma.
Vemos el resultado:
Eliminó completamente el muro para crear un espacio más digno para comer. Los armarios de madera de cerezo le dan un look clásico y elegante; electrodomésticos en acero inoxidable, encimera de granito, nuevos azulejos para suelo y paredes, y una super lámpara para darle el toque de distinción personal. Mucha personalidad para una cocina pequeña, ¿eh?
Total, incluidos mano de obra y materiales: 20.000 US$
Vía: realsimple