No es fácil coger un enorme almacén que sistemáticamente se ha usado para acumular trastos (basura, principalmente) y convertirlo en un estudio bonito, luminoso y coqueto. Pero si lo consigues serás la envidia de todos. Aquí la propietaria decidió convertir esto en la nueva sede para sus oficinas. Una apuesta arriesgada.
Las ventanas estilo industrial en ocasiones son auténticas joyas, antes de tirarlas abajo considera restaurarlas. Puede que consigas piezas únicas y a muy bajo coste. El resultado es una oficina muy vintage. El suelo y paredes de cemento no lucen mucho, pero son muy duraderos y a falta de dinero para hacer algo más bonito es una buena opción. En ocasiones basta con un buen pulido casero “al diesel”, que es una peste pero ofrece buen resultado.
Una lámpara pompón hecha con plumas de fabricación propia. Muy fácil de hacer, según la autora, aunque a mí me entran ganas de estornudar sólo con verla. Hay gente con mucha mano para este tipo de cosas.
Vía: D*S