Éste era el baño de Jenna. Ya había sido reformado y tenía algunos elementos interesantes. Las paredes pintadas de marrón oscuro, el borde de la bañera de roble, el arco de entrada con cortinas en verde lima. Tenía su toque pero le había llegado la hora de la renovación.
Para preparar las paredes lo empapeló todo con papel pintable (una opción rápida y recomendable si estás seguro de que no va a haber absorción de humedad por debajo) y lo pintó de color crema. Decidió quedarse con el borde de madera de la bañera pero tras varias capas de lijado y pintura consiguió un inusual look de roble blanco muy personal. Suponemos que al menos tres capas de lijado y pintura fueron necesarias. Ya habíamos hablado de la posibilidad de combinar azulejo blanco clásico con madera y he aquí un gran ejemplo. Vemos el resultado final:
La lámpara candelabro de forja también fue pintada a tono con el resto con pistola.
Un baño relajante y lujoso, un lugar de calma deslumbrante. Una transformación divina. Buen trabajo, Jenna.
Vía: design*sponge