La mayoría de las casas modernas de tamaño medio no tienen comedor. Es una de esas estancias que se han ido perdiendo con el paso del tiempo. En otras, las menos, en ocasiones se aprovecha uno de los dormitorios para remodelarlo y convertirlo en comedor, dejando el salón muy despejado y con la única función de sala de estar. Una opción que a mí no me termina de convencer para pisos pequeños pero que para muchas personas resulta altamente satisfactoria.
Éste es uno de esos casos. Una salita de estar, que suele tener poco uso, pasa a ser comedor.
Un giro espectacular que convierte esta pequeña estancia en un delirio visual. El color oscuro de las paredes, el candelabro del techo, el espejo sobre-dimensionado, le confieren un tono definitivamente dramático. Gran mezcla de patrones textiles y un pavimento de piedra cerámica muy acertado.
Por si faltaba algo lo coronó con su propio cuadro abstracto. Los hay que llevan a cabo sus reformas con mucho estilo.
Vía: D*S