Cuando nos enfrentamos a una reforma, lo primero que tenemos que tener claro es quién va a disfrutar del espacio; en caso de vivienda, los habitantes de la casa; en caso de un local, el propietario debe pensar en el tipo de cliente que va a llegar al mismo. Siempre tener claro qué es lo que deseamos conseguir de dicho espacio.
Con esto quiero decir que pensemos, analicemos bien cómo somos, nuestros gustos, etc.
Una vez que tenemos claro cuáles son nuestras necesidades ya podemos empezar a seleccionar materiales, texturas, decoración y demás elementos. Con todo esto tenemos que conseguir un espacio cómodo en el que nos sintamos a gusto y en el que se vea plasmada nuestra personalidad. Porque no vale utilizar todo lo que nos gusta si no tenemos criterio.
¿Verdad que en nuestro armario encontramos prendas que nos encantan pero que nunca las combinaríamos entre si? Pues como no lo haríamos con la ropa, con un hogar, local o espacio a decorar tampoco deberíamos hacerlo.