La reforma de esta fachada viene por motivos meramente estéticos. La madera del exterior se encontraba en perfectas condiciones pero tras meses de darle vueltas al asunto se decidieron por cambiar el look de la casa.
La casa sigue siendo muy bonita después de un cambio tan dramático, tiene clase y en general se ha logrado un aspecto muy moderno. Para la fachada se ha empleado chapa metálica, un material poco recomendable en la mayoría de los casos. Encima negro, lo que puede disparar las necesidades energéticas de la casa en cuanto a refrigeración se refiere. Sin embargo vemos que en este caso no ha sido así. Hay suficientes árboles en el perímetro, que proporcionan sombra y frescura en los meses de verano. La chapa, recordemos, se ha colocado encima de la fachada existente de madera, con lo que la capa extra de aislamiento se traduce en una disminución del gasto tanto en calefacción como en refrigeración.
Por último una pequeña pero curiosa modificación que hicieron en la entrada:
Otra vez vemos que la madera está en muy buenas condiciones y sólo se plantean mejoras a nivel estético. El patrón damado se consigue mediante pintura, con una última capa de poliuretano para protegerla.
Una reforma barata, con muy poca obra, y de resultados sorprendentes.
Vía: d*s
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