El suelo radiante es un mecanismo de climatización mediante el cual se pueden conseguir temperaturas óptimas para cada época del año en cualquier recinto cerrado, sean cuales sean sus dimensiones. Su eficacia reside en su método de funcionamiento y el lugar en el que se instala: bajo el suelo. El suelo radiante puede servir tanto para refrescarnos como para dar calidez a nuestro hogar; por ejemplo, en verano logra disminuir la temperatura hasta en 17 ºC.
Este mecanismo, como cualquier otro necesita un tiempo hasta lograr la temperatura deseada, así en invierno puede tardar en 10 ó 20 minutos en aumentar la temperatura 7º C, eso si estamos hablando de los sistemas directos, ya que los de acumulación tardarían alrededor de 50 minutos. La diferencia de tiempos entre ambos tipos de calefacción es debida a que la primera variedad lo forman cables eléctricos que alcanzan altas temperaturas mientras que la calefacción radiante por acumulación es un circuito de agua caliente que circula a través de los tubos instalados por el recorrido instalado y que va albergando calor durante la noche para contribuir al ahorro de energía.
Es uno de los sistemas más saludables, ya que en su funcionamiento no emite corrientes de aire caliente, lo que evita la aparición de enfermedades respiratorias típicas de los mecanismos de calefacción y también, evita el movimiento de microorganismos en el ambiente. Es el único sistema recomendado por la Organización Mundial de la Salud.
Por otra parte, hay que resaltar el plus que le otorga su posicionamiento en el hogar: la instalación subsuelo otorga a la vivienda un plus de confort y bienestar, ya que consigue unificar la temperatura de la vivienda, siendo la misma en todos los espacios. Esta sensación de confort también la propicia el hecho de que, al emanar calor desde el suelo, las capas superiores no están saturadas de aire caliente y, desde este modo se evita la sensación de agobio que se pueda dar ante un exceso de calor.
Otras características importantes a tener en cuenta:
– Ahorro de energía/factura: económico porque consigue ahorros de entre el 25% y el 30% en comparación con otros sistemas y, si combinamos este tipo de mecanismo con las energías renovables el ahorro puede alcanzar hasta el 80%. Además no daña el medio ambiente porque no necesita de combustibles que emanan gases dañinos para la naturaleza.
– Su colocación subterránea hace que sea invisible y deja espacios libres que antes ocupaban los radiadores, estufas, aires acondicionados…Hay que contar con el hecho de que su instalación es bastante peliaguda, y que una vez instalada hay que superponer el suelo que hayamos elegido.
– La instalación de suelo radiante es adaptable a cualquier tipo de superficie (siendo unas más efectivas que otras).De este modo, el material cerámico es el más recomendable si se va a elegir este tipo de calefacción, ya que la cerámica es capaz de conseguir transmitir más calor que, por ejemplo, el parquet. Pero, repito, se puede montar bajo cualquier tipo de pavimento sin temor a que el material elegido sea dañado con el paso del tiempo.
Otra ventaja de su instalación es que, al no formar parte del hogar de manera tangible se elimina cualquier riesgo de quemaduras. Y, por otro lado, no está compuesto por ningún elemento susceptible a escapes.
Para ver más claras las ventajas de este tipo de climatización lo podemos comparar con el consumo que hacen los míticos radiadores, ya que, mientras el suelo radiante necesita aumentar la temperatura unos 40º C para conseguir un ambiente agradable, los radiadores necesitan aumentarla a un 70%.
También guarda ventaja frente a los aires acondicionados; estos lanzan el aire desde arriba hasta abajo por lo tanto, la zona necesaria de percibir más calor (zona baja) se encuentra más alejada de la fuente emisora. Este conlleva a un consumo mayor de aire acondicionado/calefacción para conseguir una temperatura agradable en comparación con el suelo radiante, desde que el calor procede del suelo, siendo las capas altas más cercanas al techo las últimas en aclimatarse.
Tal vez, la parte más negativa sea la duración de la instalación y todo lo que conlleva, aunque si ponemos en una balanza los resultados que obtendremos (una casa a temperatura ideal para siempre) estar dos días “sufriendo” no es para tanto, además, cada vez salen al mercado modelos de calefacción por suelo radiante más fáciles de instalar, ya que se trata de mayas que se pueden poner encima del suelo (aunque luego lo tenemos que tapar con algún acabado).
Y, por lo que respecta al precio, este está en función del tipo de suelo radiante que deseemos instalar, por ejemplo, el suelo radiante por sistemas directos tiene un precio en Warmup de entre 20 a 50 euros por metro cuadrado.
El verano se ha terminado y debemos de ir pensando en cuál es la mejor manera de estar calentitos y agusto en nuestro hogares este invierno.
Más información: WarmUp